Incontinencia y retención urinaria durante la menopausia

Incontinencia y retención urinaria durante la menopausia

La cistitis es una infección del tracto urinario frecuente en el género femenino relacionada con distintos factores de riesgo y en la que existe una causa común: el paso de bacterias a la vejiga y su adhesión a las paredes del tracto urinario. La proliferación de las bacterias causantes, en la mayoría de los casos la Escherichia coli (E.coli) puede tener su origen en determinadas circunstancias a lo largo de las diferentes fases de la vida de la mujer. Una de ellas es la menopausia, durante la cual, tras el cese de la menstruación, se produce un déficit de estrógenos que altera el aparato urogenital y lo vuelve más vulnerable a padecer infecciones vaginales.

A partir de los 50 años, las infecciones urinarias recurrentes, como la cistitis, son muy frecuentes debido a los cambios fisiológicos que se producen durante la menopausia. Así, el déficit de estrógenos hace que la vagina esté menos protegida ante la acción de agentes patógenos, ya que hay una menor producción de lactobacilos, responsables de protegerla. Además, debido a esa disminución hormonal, el pH de la vagina sufre variaciones y se produce un desequilibrio de la flora vaginal que también puede propiciar la colonización de bacterias.

Incontinencia y retención urinaria durante la menopausia

En esta etapa pueden aparecer episodios con necesidad urgente de miccionar e incontinencia urinaria debidos a un debilitamiento del suelo pélvico que contribuye a la pérdida de tono muscular del periné y que, como consecuencia, hace más difícil controlar la vejiga. En ocasiones puede presentarse una pérdida de elasticidad de la vejiga durante la menopausia. Todas estas circunstancias debilitan las paredes del tracto urinario, haciéndolo más vulnerable a la adhesión de bacterias.

Para evitar que interfiera en la calidad de vida, lo mejor es que la mujer que atraviesa por las distintas fases de la menopausia tome una serie de medidas de prevención para evitar la cistitis de repetición. Por un lado, conviene seguir unos hábitos higiénicos como puede ser el orinar antes y después del acto sexual; utilizar lubricantes durante el sexo para evitar la sequedad vaginal y, por tanto, su irritación; vaciar por completo la vejiga al orinar y limpiarse de delante hacia atrás. Además, se debe tomar mucha agua -hidratación- y seguir una dieta rica en frutas y verduras, libre de grasas y comidas especiadas y ácidas. También pueden ayudar los ejercicios para mejorar el suelo pélvico que contribuirán a fortalecer los músculos de la vagina y la vejiga.

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09 de Marzo de 2022

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